La frase inicial guió quizás el proceso. O por lo menos fue el punto de partida. Maca expresaba en su blog la incomodidad que le significaba estar del otro lado de la cámara. Yo era el otro, la amenaza, lo ajeno, lo distante.
La mirada se esconde, pero cuando amenazada también saca pecho.
El trabajo fue quizás una mezcla de sensaciones que iban surgiendo mirando al otro: lo distante se volvia cercano, la oscuridad brillaba, todo daba vueltas.
Propuse una mezcla de movimientos casi imperceptibles con flashazos de colores, bajas temperaturas con movimientos rápidos, pero siempre focalizando en su mirada penetrante.
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